En conversaciones en el sector y en general en el medio empresarial, hemos observado que en Colombia tenemos un concepto erróneo del “emprendedor” y por ende de lo que significa tener un emprendimiento; se busca caracterizar así a quien es novato en un negocio, pero es todo lo contrario.
Esta palabra proviene del francés entrepreneur (pionero), y se refiere a la capacidad de una persona para hacer un esfuerzo adicional por alcanzar una meta u objetivo, siendo utilizada también para referirse a la persona que iniciaba una nueva empresa o proyecto, término que después fue aplicado a empresarios que fueron innovadores o agregaban valor a un producto o proceso ya existente.
Este es un término que últimamente se ha utilizado en todo el mundo, aunque siempre ha estado presente a lo largo de la historia, pero en las últimas décadas se ha vuelto importante ante la necesidad de superar los constantes y crecientes problemas económicos.
Esta importancia la ha logrado el querer ser independientes, estables económicamente, ya que el empleo y la baja calidad de estos en todos los aspectos han creado en nosotros la necesidad de generar nuestros propios negocios y pasar de ser empleados a ser empleadores. Todo esto es posible si se tiene un espíritu emprendedor, para lograrlo se requiere una gran determinación y perder muchos miedos y prejuicios para renunciar a la aparente “estabilidad” económica que ofrecen los empleos y aventurarse como empresario, teniendo en cuenta que ser empresario es esperar utilidades en un largo plazo mientras que siendo empleado se tiene un ingreso mensual mínimo para subsistir.
Por esta razón el emprendimiento ha captado la atención de los gobiernos en todos los países, ya que entendieron la importancia de ello por lo que han creado entidades dedicadas exclusivamente a promover y ayudar la creación de estas empresas entre profesionales y entre quienes tienen el conocimiento específico suficiente para poder ofertar un producto o un servicio.
Ante todo lo que pasa en la economía, el emprendimiento se ha convertido en el salvador de muchas familias, ya que esto permite emprender proyectos productivos en los que se pueden generar sus propios recursos y les permite mejorar su calidad de vida. Siendo un emprendedor se puede salir triunfador en las situaciones de crisis.
El emprendimiento es el mejor camino para crecer económicamente, para ser independientes y para tener una calidad de vida acorde a nuestras expectativas, para lograr esto debemos fortalecernos para vencer la resistencia de algunas personas y dejar de ser dependientes.
Cuando se emprende, puede haber equivocaciones las cuales se pagan y probablemente se puede llegar a desestabilizar pero el verdadero emprendedor se llena de actitud positiva y se dedica a su proyecto para sacarlo adelante, de hecho todo emprendedor inicia con un proyecto de modo que el riesgo de sufrir una caída libre es muy alto. Este riesgo no significa que no se deba emprender, significa que se debe planear, se debe prever el riesgo. Tenemos que hacer conciencia que el riesgo controlado, calculado, no es malo, lo malo es improvisar, hacer algo para lo que no estamos preparados, de hecho el riesgo es necesario, de lo contrario no podemos innovar y enfrentar la competencia.
A todos nos han inculcado desde que nacemos que nos formemos como empleados asalariados pero no para ser formados como empresarios, generadores de riqueza. Para solucionar estas falencias debe existir un compromiso serio por parte de los Estados que permita el diseño y la implementación de estrategias encaminadas a fomentar la cultura del emprendimiento en la población. El emprendimiento debe estar dentro de los programas educativos de la población, desde los primeros años hasta la educación superior.
Entonces, tú que has escogido este camino, no mires atrás, no te dejes vencer por los obstáculos normales del camino, recuerda: Eres Emprendedor, tienes la capacidad de hacer un esfuerzo adicional por alcanzar metas u objetivos que no todos se arriesgan a conseguir.